Que hay un manga para cada persona es algo que hemos repetido hasta la saciedad, y aún así, no nos cansamos de decirlo porque no puede ser más cierto. Y no es solo que haya manga para que prácticamente cualquier persona puede encontrar algo que encaje con sus gustos, también hay manga con funciones de todo tipo. Y una de ellas es enseñar. El manga didáctico es algo que tiene décadas de historia, no solo porque autores como Tezuka o Ishinomori (Dios y Rey del manga respectivamente) publicaran algunos títulos para aprender a dibujar, el propio Ishinomori, en los años ochenta, publicaba un manga explicando como funcionaba la economía japonesa en la época de la burbuja, también publicó varios tomos sobre la historia de Japón, y a día de hoy existen mangas que pueden servir de libro de texto para aprender sobre cálculo diferencial o estadística. Y sí, algunos aseguran que han estudiado asignaturas de máster a través de libros de este tipo.
Y es que de cualquier manga se puede aprender, ya que existen mangas destinados a abrir nuestro apetito por el conocimiento y que algunos de ellos lleven publicándose desde hace unos años, no deja de ser una buena noticia. Eestamos hablando concretamente de la línea conocida ahora como «La otra H» de Herder Editorial (antes «Herder manga»), que sorprendió a mucha gente publicando hace ya unos años el «Así habló Zaratustra» de Nietszche en versión manga. Poco después, entrábamos en el terreno de la literatura universal con «La Divina Comedia» de Dante, en el tratado político de Maquiavelo con «El Príncipe», y también en la estrategia militar de Sun Tzu con «El Arte de la Guerra».
Todos estos títulos son obra de una editorial japonesa llamada East Press, que se ha especializado en adaptar al manga una enorme cantidad de libros clásicos (y no tan clásicos) de la literatura, filosofía y pensamiento universal. Como podes imaginar, adaptar obras como «El Capital» de Marx o «Analectas» de Confucio en este formato ha obligado a estrujarse el cerebro a sus autores, para que esto no se convierta en un simple resumen de los mismos. Ciertamente es más fácil adaptar obras literarias como el «!984» de George Orwell o incluso «La Odisea» y «La Ilíada» de Homero, pero para que ciertas obras sesudas de la filosofía se puedan convertir en algo ameno e incluso divertido de leer han tenido que tirar de varios recursos.
En algunos casos, la adaptación intenta explicar de una forma gráfica y con algunos ejemplos sencillos algunas de las tesis principales de algunos títulos. Pero en otros, es a través de distintas historias que vamos a ir aprendiendo sobre la marcha estas ideas. Esto es lo que pasa, por ejemplo, con las ya mencionadas «Analectas» de Confucio y también con «El libro del Tao», que están protagonizados por personajes de la época actual, pero que se irán encontrando con algunos «maestros» que les irán ofreciendo algunas dosis de filosofía oriental.
Quizás el aspecto gráfico no es siempre lo más destacable, aunque en varios casos sí está a un alto nivel (como el de Don Quijote de la Mancha, aparecido recientemente), pero lo más importante de esta colección es que nos enseña de forma amena, divertida, y sobre todo, comprensible, un montón de cosas que quizás nuestros profesores de filosofía no fueron capaces de hacernos entender. Y además, siempre consiguen que te pique el gusanillo para acercarte a la obra original.